ME HUELE A MAR.
Donde rompen las olas te he visto roca y sal, y baten en mi pecho recuerdos de un verano anticipadamente caprichoso. A cuarenta grados, humedad. Insomnio y sudor, espuma de mar. Y baja la marea y eres tú quien más escuece. De vuelta a tierra seca un clavo ardiendo entre pulmones sujeta un cuadro de un eclipse entre la luna y tú, que quieres volar. Ya no me he vuelto a ver remar. E inaugurando ya las noches frías, miraré atrás y habrás pasado por mi vida como abrimos un regalo sin sentido y corazón. Y desearé con fuerza que mis nietos tengan un abuelo como tú Que te admiren como yo te miro cuando hablas, cuando flotas, y embobados miren al cielo despejado viendo volar esa cometa que solo tú sabes manejar.