a los que no volveremos.

Mientras otros eligen añorarse y quererse en una distancia que se disponen a romper con el recuerdo,
nosotros echamos de menos y nos odiamos por no volver a un pasado que no pudimos sostener.

Elevamos un muro a medida que un avión se alejaba rompiendo el viento.
Y no quisimos volver a saber más.

Cómplices de un asesinato. De una víctima desamparada que no quisimos reanimar.

Y sangró,
y gritó
y lloró mientras llovía, tras meses de sequía.

Fue huracán y también incendio,
por cada vez
que no me llamas,
que no te llamo,
que nos paseamos por la memoria y salimos corriendo en otra dirección,
por cada una de ellas,
algo
sigue muriendo  dentro.


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