alcohol del bueno, curándome

Sinceramente, no se bien como comenzar a hablar de esto, tengo tantas cosas que decir, o mejor dicho que agradecer, y se me quedan tan cortas las palabras. Pero lo primero es lo esencial, y si algo tengo claro es que lo esencial en esta vida, mi vida, eres tu. Que te tengo aquí a la izquierda, y también a la derecha, y no se, en todas partes a las que voy y en las que estoy. Tú, que eres yo. Si, no se como explicar que de mi se ha quedado una parte en ti, inmensa. No tengo la virtud de explicarme bien y quizás esto huracán de sensaciones, de sentimientos no ayude. Es algo sublime y no llegan ni espacio,ni tiempo ni historias interminables para contar todo lo que provocas en mi. En ti he encontrado lo que ya no buscaba, lo que daba por perdido. Un todo en uno. Amistad, un confidente, un apoyo a tanto desequilibrio.  Contigo no ha hecho falta pensar las cosas dos veces, sabía con certeza que había que hacerlas porque era lo que me pedía el corazón, lo que necesitaba. Alguien que provocó en mi la necesidad de decir 'contigo todo, a muerte, hasta el final, pase lo que pase, duela lo que duela'. He encontrado algo más que cariño, el que supongo que me tienes porque si no no se como me aguantas, querido (je) ,he encontrado comprensión, que sabiendo como me las gasto ya es demasiado, he encontrado ese algo con el que todo el mundo sueña. Y lo he encontrado y tu lo has hecho realidad. Desde el principio supe que contigo sería todo o nada. Y naturalmente iba a luchar hasta al final para conseguir llegar a lo que hoy tenemos. Después de tanto tiempo siento que eres la razón de tener la esencia de la felicidad en mi cuello y puños, detrás de las orejas, de esas que nos gusta morder, y no querer dejar que se acabe nunca. Quizás ahora comprendas porque cada vez que me coges de la mano aprieto fuerte como si quisiera fundir las dos en una, como si no quisiera que la soltaras nunca. Imprescindible. Si, eso es lo que eres. Te necesito hasta cuando estás a mi lado. Besos, abrazos que hacen sentir como el sol en la cara de un frío día. Ni te imaginas lo que siento cuando me veo junto a ti y sé que puedo llorar, ser yo misma, poder desnudarme, física como sentimentalmente y no sentir vergüenza, que puedo rozar tu piel que  también es mía, y que entre nosotros no hay secretos ni pudor. Contigo me siento cómoda, como no me había sentido con nadie antes. 
Puedo decir que todo lo que te quiero es poco, para mi nunca será demasiado, nunca será nada en comparación con lo que te mereces. Pero esto crece, mi vida, lo noto, como si alimentases este amor solo con el hecho de existir. Tu que puedes elevar el dolor a lo superior y hacer de arañazos en mi espalda arte. Que contigo no son solo los nervios del principio, contigo es estremecer día si y día también. Es escribirte, plasmar todo lo que provocas en mi y llenarse estos ojos de lágrimas de felicidad, de orgullo, de fortuna. Fortuna, si, la de tenerte. Se que cuando termine de contarte me sabrá a poco porque no llega la inmensidad de un mundo para agradecerte todo. Gracias por esos besos, abrazos, por esas tonterías, que solo nosotros entendemos, porque son nuestras, por esa paciencia y consentimientos.
Solo te dejaría marchar si tu así me lo pidieses, entendería que te irías en busca de algo mejor. Pero si por mi fuera me levantaría cada día con el propósito de hacerte feliz, como he intentado hacer desde que toda esta historia comenzó.
Pudo haber baches, pero todo ha sucedido por una razón, la mejor, la de acabar durmiendo en tu pecho. Y aunque haya heridas en esta pobre piel, tú... tú eres alcohol del bueno, curándome.