la felicidad es para débiles.

Lo que me pasa contigo
es que me pesas
como esas libretas
que nunca termino.

Angustia pensar 
       ser simple recuerdo 

     un tropiezo
con prisa
un guiño en la parada.
Un abrazo efímero y desconocido
en noches de frio y ausencia

Fui mucho más real
porque  amé ser
      aunque doliera.
Y ahora que huyo,
me siento pobre, 
de roce, 
de límites que sobrepasar.

Quisiera volver a rondar,
a andar sobre los cables
de esa alta tensión entre los dos.

Y en ese vaivén en el que surgen
los poemas
me ato la cuerda
que más nos aprieta,
y sangra
y duele
pero vivo sabiendo que
estoy llena de algo 
que es más fuerte que 
todo lo demás.

Comentarios

Entradas populares