por si te sabía a poco...

Podría algún día mi orgullo vencer al corazón, 
podría.
Pero he visto en tu mirada la cura para 
todo el dolor de mi pasado
y no he podido evitar posar el pecho entre tus manos.
Olvidando que tengo un aeropuerto como metáfora de vida, en la que 
alterno mis pasos entre la planta de llegadas y la de salidas.
No recuerdo marcharme, ni tampoco ser recogida.
Soy siempre la que mira el reloj, la misma que mira como
todos parten.
Sin poder evitarlo.
Sin poder esperar vuelos de vuelta, porque nadie se va sin querer,
y las segundas oportunidades hoy ya no son buenas.


Ojalá hubieras llegado antes, 
en el momento en que creía que debía estar aquí para tu llegada.
Ojalá.
Porque contigo volvía a dormir por las noches.

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