Sabes ser por los dos.

Hoy escribo a través de lo cristalino que lluevo, que no me deja ver con claridad y ahora cuando más brilla todo lo que tengo que sufrir, -o sentir, ya no se.- 

Hoy la lluvia huele a despedida, a una vieja, a nostalgia y temor. Temor a que este beso al que llamamos ayer infinito, termine y tengas que irte.

Y yo a cada pausa y respiración noto tus cansadas ganas de seguir humedeciendo(me) los labios.
Ahora es cuando yo pregunto en qué momento me perdí, en que fracción de segundo te encontré o me encontraste y decidí decirme adiós y ser de ti, o meterte a ti tan dentro como si de reemplazarme se tratara. Pero no, tu sabes ser por los dos, -sin darte cuenta- mejor que ser yo sola. Aprender de ti, estudiar y saber y aún así suspender para volver a repetirte. Repetir, como esa sonrisa de la que tanto me hablan y yo imagino mi boca recorriendo tu cuerpo entero, que es lo más parecido pero en una escala superior.

Si te vas dime antes donde me dejamos. La hora y el lugar, que de nada servirá, el minutero del reloj va en mi contra y a los lugares se vuelve pero nunca con la misma compañía, ni olor. Nada está como lo habíamos dejado tirado, y yo no iba a ser más.




Comentarios

Entradas populares