Colgada de ti.

La culpa no es tuya, no. La culpa es mía por pensar que siendo tú, tan tuyo, ibas a darme todo lo que de mi yo te doy. 

Tenemos (o tienes) la odiosa manía de pedir siempre más de lo que sabemos dar, pero a mi me da igual. Tu pide que yo te regalaré cada segundo de esta batalla aunque las fuerzas me falten. Tu pide, que yo no entiendo otra forma de querer que no sea la de colgarme de ti. 

Por eso, muchas veces, a pesar de la soledad, de las ganas de marchar, he decidido quedarme y aguantar, seguir queriéndote como hasta ahora, más que a mi caos (el tiempo indefinido que estaré vagando por aquí) . Yo no soy la típica inconformista que no teniendo lo que quiere coge maletas y se va.  No, yo soy conformista masoquista que le puede la esperanza de que un día cojas estas cadenas que te ofrezco y decidas vivir de mi. Sin importarme los días que tenga que pasar inundada la almohada.

Y qué voy hacer yo, si no tengo otro sitio a donde ir, o quizás sea yo demasiado cobarde como para volver acabar, o empezar. Pero eso ahora mismo no me importa demasiado porque... al fin y al cabo, se que sin ti no podría.