La diferencia entre tu y yo; yo tiento a esos miedos, al de perderte, por ejemplo, con tanta inseguridad, inestabilidad y desequilibrio emocional. Y tú, que evitas todo lo posible, no hacerlos despertar.
Yo que soy del humo de la soledad y tú del de la risa. Tú, que necesitas coger el camino fácil aún estando seguro de ti mismo, señor valiente, como a mi me gusta llamarte. Y en cambio yo, que soy de complicarme todo paso que doy e indecisa hasta tus huesos.
Esos que me cuesta tener seguros, esos que ni con cadenas. 
Las cadenas que he puesto a los míos y que encomendado a tu corazón.
Y no es tanto lo que pido, un abrazo de vez en cuando. Y tu sonrisa, si, ella. Por cierto ¡qué feliz me hace tu jodida sonrisa! Sobre todo cuando lleva mi nombre. Por la que lucho cada día, por la que puedo decir que, vivo y muero. 
Puede sonar conformista pero no sabéis lo difícil que es a veces sentir que en tus labios he dejado marca.



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