Me enseñaste a ir despacio y eso me sienta bien.

Esa felicidad que me regalas que me dice 'no te preocupes, todo va salir bien, afloja y relájate que no hay nada que no se pueda arreglar con un par de besos' que me ha cambiado y me ha ayudado ha dejar el cuestionario que tenia de vida, guerras existenciales que me quitaban las ganas de luchar,por no hablar de aquellos putos complejos que me ataban a la inseguridad de creer que no podía alcanzar mis sueños. Fuiste y eres esa persona como medicina en esos días grises. Quizás si decides marcharte de este mundo que has creado para mi, vuelva a esa rutina, a volver al romanticismo y inconformismo que tenía por guerra dentro de este dudoso corazón, que no ganaba a penas dos batallas de las miles que se le presentaban día a día. Me has enseñado que lo importante es ser feliz, que por muchos problemas que se presenten lo esencial es aceptarlos, llevarlos lo mejor posible y seguir disfrutando de aquello que necesitas para vivir.Y realmente, de verdad, sin exageraciones lo que me da vida, lo que me hace feliz, es compartir contigo lo bueno y lo malo, lo mejor y lo peor, lo superior y pésimo de este mundo. Lo esencial en esta vida, mi vida, es estar a tu lado.

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